Cada día se van conociendo más detalles sobre los conflictos que sacuden a la prisión palentina la Moraleja.

Lo que se sabía hasta la fecha es que el martes 30 de Mayo, un preso de aislamiento había arrojado a la cara del médico un cubo de agua con lejía. Al día siguiente, otro preso también en aislamiento se lió a patadas con el médico y con los carceleros que acudieron a su auxilio. Unas hora más tarde un tercer preso del mismo departamento quemó el colchón de su celda y tuvieron que evacuar la galería. Estos incidentes se saldaron con el médico lesionado en un párpado y dos presos atendidos en el hospital, uno con una crisis de ansiendad y otro por inhalación de humo.

Ese mismo día, 31 de Mayo, el sindicato mayoritario entre los carceleros denunciaba los hechos y pedía el cese del director de la cárcel, Francisco Javier Díez Colado, al tiempo que anunciaba una rueda de prensa para el viernes donde explicaría los motivos para exigir ese cese.
Solo cuando la tensión se ha hecho insoportable y empiezan a temer por su integridad física, los carceleros han decidido sacar a la luz la mierda escondida bajo la alfombra.
Y así, acusan al alcaide de actuar con "una total y absoluta falta de respeto a los derechos humanos y la aplicación de un rigor totalmente innecesario". Afirman que estas "acciones intolerables provocan una presión física y psíquica en los reclusos que repercute en la conflictividad en la prisión", "que ha perdido el norte y no está a la altura".

Estas gravísimas acusaciones se explican por lo que sucede en la celda 61, un habitáculo que "no tiene huecos, ni grifo, ni ducha, las ventanas están selladas para que no entre la luz y en su interior hay dos cámaras de vídeo que monitorizan día y noche al interno". A esa celda se le une una salida en el inodoro que conduce a un recipiente externo para recoger cualquier sustancia que defeque el preso. En esta celda del horror supuestamente ingresan a aquellos presos de los que se sospecha que pueden portar droga. Legalmente solo pueden estar 72 horas pero se han dado casos donde han permanecido hasta 7 días "por orden directa del director" y solo han salido de allí cuando han intentado suicidarse.
La celda 61 se construyó en el 2015. Estuvo un tiempo cerrada pero en marzo de este año volvió a abrirse y hasta ahora han pasado por ella 5 presos, de los cuales solo 1 expulsó droga.

Están molestos los carceleros porque ellos, trabajadores ejemplares "que se dedican a la reinserción de las personas" tienen que "acatar órdenes al margen de la legalidad".

Si no estuviera familiarizada con lo que sucede en las cárceles (en todas las cárceles del estado Español), tan enternecedor argumento casi casi me convencería. ¡No me hagan reír señores carceleros!.

En todas las cárceles se tortura. La mera existencia del aislamiento ya es una tortura. Y los carceleros son el eslabón más bajo y vil de esta cadena represiva. En cuanto al sádico que tienen por jefe solo espero que le llegue su San Martín.
Lee, apoya y difunde.


Noticia en prensa burguesa:  http://www.elnortedecastilla.es/palencia/201706/02/acaip-exige-cese-inmediato-20170602132317.html

Valladolor no admite comentarios
La apariencia como forma de lucha es un cancer
El debate esta en la calle, la lucha cara a cara
Usandolo mal internet nos mata y encarcela.
Piensa, actua y rebelate
en las aceras esta el campo
de batalla.

si no nos vemos
valladolorenlacalle@gmail.com















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Contrainformacion internacional

Anticarcelario / contra la sociedad cárcel

"Las prisiones son una parte más de la esencia represiva de todo Estado, no hay que olvidar la parte que nos toca a lxs que aún seguimos en la calle.

No podemos ver las cárceles como algo ajeno a nuestras vidas, cuando desde temprana edad hemos sido condicionadxs a no romper las normas, a seguir una normalidad impuesta; el castigo siempre está presente para lxs que no quieren pasar por el aro.

En el trabajo, en la escuela... domesticando y creando piezas para la gran máquina, piezas que no se atrevan a cuestionar o que no tengan tiempo para hacerlo.

Hemos sido obligadxs a crecer en un medio hostil donde es dificíl desarrollar nuestros propios deseos.

La rebeldía brota de algunxs, otrxs simplemente se acomodan en la mierda, tapando sus frustraciones con lo que le dan quienes antes les despojaron de todo. O viendo sus problemas como algo aislado, único y personal.

Para lxs que no tragan o no se adaptan al gran engaño ahí tienen sus cárceles, reformatorios, psiquiatrícos ... creados por los que no quieren ver peligrar las bases de su falsa paz.

No podemos ignorar la lucha de lxs compañerxs presxs.

Su lucha es nuestra lucha."